No nos puede arredar el carecer de presupuesto para actividades. Se puede reinventar una actividad de éxito, modificar su formato, repetir sin más… o, también, redefinir espacios antiguos dotándolos de un nuevo significado y contenido.
Es el caso del perímetro de nuestra residencia: 371 metros que algunos residentes se han propuesto tradicionalente recorrer cada día, a veces animados desde los servicios médicos o desde fisioterapia. Faltaba definir cuál era la distancia exacta recorrida. «Creí que era más» -me dicen ahora algunos-.
Hemos fijado hitos cada 25 metros coloreando un adoquín y sobrescrito encima la distancia que queda por recorrer.
Ayer, para finalizar la actividad de presentación, «inauguramos» además un nuevo espacio: una terraza sin uso comunicada con la biblioteca.
Bastó con localizar la llave, subir unas sillas, un par de mesas y unas sombrillas… y publicitarlo.
Tras realizar el circuito creativo, los 20 participantes en la actividad se desplazaron a la terraza: hablamos sobre la experiencia, nos relajamos leyendo un rato y fueron obsequiados con una pieza de fruta… sólo por participar.
Mañana repetiremos experiencia, sin duda.